En pleno Océano Pacífico, Bora Bora pertenece a las islas de la Sociedad, un alineamiento de islas orientadas sudeste/noroeste que incluye todos los tipos de islas procedentes de un punto caliente (islas altas, casi atolones, atolones). Constituye uno de los cinco archipiélagos de Polinesia francesa. El mismo se divide en dos subconjuntos. En el sureste, las islas de Barlovento (Tahití, Moorea, Maiao, Mehetia) son las más jóvenes y las construcciones de arrecifes son menos desarrolladas que en el noroeste, en las Islas de Sotavento (Bora Bora, Huahine, Maupiti, Raiatea, Tahaa…). Bora Bora se sitúa a 250 km de la isla principal, Tahití. Bora Bora conoció profundas transformaciones demográficas, sociales y económicas. Convirtiéndose en una de las figuras más emblemáticas de la “turistificación” de las islas tropicales, la “perla del Pacífico” se enfrenta hoy en día a numerosos desafíos.
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Esta imagen fue sacada por un satélite Pléiades el 05/02/2012. Se trata de una imagen en colores naturales, de resolución nativa a 0,70m, calibrada a 0,5m.
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Presentación de la imagen global
Un casi atolón del archipiélago de la Sociedad en Polinesia francesa
Bora Bora es una isla de pequeño tamaño (29km²). Se trata de un casi atolón constituido de un pico basáltico, cuyo punto culminante se sitúa a 727m, y de una corona de arrecifes, subrayada por una sucesión de islotes coralinos, los “motus”, que se despliegan en el norte y en el este.
Como lo muestra la imagen, en el norte se encuentra motu Mute, en el cual se encuentra el aeropuerto, en el oeste y en el norte del paso (Teavanui) motu Tevairoa, en el suroeste motu Pitiaau que dibuja una franja de tierra muy estrecha y, por fin en el este motu Tofari y motu Ome. En el noreste de la isla principal se identifica la bahía de forma rectangular de Faanui, mientras que en el sureste la bahía de Povai corresponde al corazón de la caldera. Entre relieve basáltico y corona de arrecifes, la laguna de Bora Bora es casi tres veces más extendida que la isla (78km²).
Las variaciones de profundidad explican los diferentes colores de su laguna de arrecifes, que contribuyen a su éxito (índigo oscuro cuando éstas son importantes, pasteles de azul y verde en las otras partes), así como su fauna (corales y peces).
De los GI’s a los turistas
Bora Bora es hoy en día una isla donde la presión turística es la más fuerte de toda la Polinesia francesa, concentrando el 36% de las noches hosteleras en 2017, delante de Tahiti (34%) y Moorea (23%). En 2016, acogió a 121.000 turistas, o sea dos de tres turistas que visitan Polinesia francesa. Se trata de un destino casi imprescindible para los europeos y los estadunidenses que visitan esta colectividad de ultramar.
Revelada por Alain Gerbault (1893-1941) en los años 1930, se convierte en una importante base aérea y de abastecimiento estadounidense durante la Segunda Guerra mundial. Por ese motivo, acogió las primeras pistas de aviación de toda la Polinesia francesa, una de 1.800m para los bombarderos, la otra de 900m para los aviones de caza. Ambas asfaltadas, se situaban, como lo muestra la imagen, en la punta norte del motu. Se utiliza hoy en día con fines civiles. Con 290.000 pasajeros en 2017, el aeropuerto de Bora Bora ocupa el rango 38 de los aeropuertos nacionales y el rango 9 para el ultramar. Constituye la puerta de entrada principal.
Aprovechando el episodio de la ocupación estadounidense, el mito se amplió desde entonces. El primer hotel que abrió sus puertas en 1961 fue el Bora Bora en el sur de la isla. Por primera vez en Polinesia francesa, se construyen búngalos sobre el agua. Algunos años más tarde, un segundo conjunto hotelero aparece, que luego pasará a manos del Club Mediterranée. En 1973, 15.000 turistas frecuentan Bora Bora, o sea más o menos la quinta parte del flujo turístico total del territorio. Las dos terceras partes de los empleos se vinculan ya directa o indirectamente con el turismo.
La relocalización del alojamiento o la conquista de las periferias
Los dos primeros establecimientos se encuentran relativamente cercanos de Vaitape, el pueblo de la isla. Éste se beneficia de una situación favorable, frente a un gran paso y en una laguna de arrecife profunda, ofreciendo así un buen fondeadero para los buques de alta mar, especialmente para los cruceros visibles en la imagen.
Pero, a diferencia de numerosas representaciones, el sitio no tiene playa, al igual que la mayor parte del litoral de Bora Bora excepto los motus. En los años 1980, se asiste entonces al desplazamiento del alojamiento hacia la punta Matira, situada en la extremidad sur. En efecto, es el único lugar en tener playas de arena blanca, a excepción de los motus. En 1987, esta zona representa más del 60% de la capacidad total de acogida de la isla. A partir del fin de los años 1990, aparece un embrión de estación turística en el sector de la punta Matira. Se observa entonces la multiplicación de casas individuales, de cafeterías y restaurantes, de tiendas artesanales, de arrendadores de bicicletas, de scooter o de cuatrimotos, de empresas proponiendo excursiones o alojamientos en una casa particular, etc.
En este contexto, las mayores cadenas hoteleras (Starwood, Accor, Hilton, Intercontinental…) eligen islotes especialmente los del este. Como lo muestra la imagen, construyen una serie de espigones, con formas más o menos sencillas, en los cuales se construyen bungalós sobre pilotes que se convierten en un indicador arquitectural y paisajístico cuyo modelo de organización se conoce en el mundo entero.
Pero una frecuentación irregular e inversiones hoteleras más guiadas por oportunidades de desfiscalización que por una voluntad de rentabilidad explican un retroceso de la oferta hotelera y la multiplicación de baldíos turísticos estos últimos años.
Explosión demográfica y transformaciones sociales, económicas y paisajísticas
El turismo provocó un crecimiento demográfico muy importante, claramente superior a la media de Polinesia francesa. Entre 1971 y 2017, su población aumentó de un 142%, la de Bora Bora casi quintuplicó (+378%), pasando de 2.215 à 10.605 habitantes.
La monoactividad turística se incrementa. En 2015, casi tres de cuatro empleos (72%) pertenecen al turismo. La “perla del Pacífico” debe acomodarse de este boom turístico y demográfico y, para algunos, el mito ya no corresponde a la realidad: los bungalós sobre pilotes constituyen de ahora en adelante un elemento muy visible del paisaje; el litoral se vuelve artificial; las máquinas con motores recorren ruidosamente la laguna; las rayas tienen cita a horas precisas para su comida lo que satisface a los turistas que presencian el espectáculo.
Enfoques
EL AEROPUERTO EN EL NORTE DE LA ISLA
Como en muy numerosas islas tropicales, las conexiones aéreas juegan un papel mayor en el vínculo de estos territorios muy aislados y dispersos con las islas principales organizando los archipiélagos. Instalada en el motu en el extremo norte de la isla, la pista aérea se debe a la creación de una importante base militar por los Estados Unidos durante la Segunda Guerra mundial en el marco de su lucha contra la hegemonía imperial japonesa. Fue así como Bora Bora acogió la primera pista de aviación de toda la Polinesia francesa.
Hoy en día, estas instalaciones se utilizan con fines civiles, este aeropuerto constituye la puerta de entrada principal en la isla. Las instalaciones corresponden a una pista única, una terminal y un embarcadero.
VAITAPE, UN PUEBLO CON NUMEROSAS VENTAJAS
Situado bajo el viento del punto culminante (727 m), Vaitape es el pueblo principal de la isla. Se beneficia efectivamente de una situación y de un sitio muy favorables. Primero, hace frente a un gran paso, el único de la isla, que vincula la gran laguna de arrecife interior con alta mar. En segundo lugar, su sitio de laguna de arrecife profunda ofrece un buen fondeadero para los buques de alta mar, especialmente para los cruceros, uno de los cuales se divisa en la imagen.
En esta estructura anular dominada por un pico basáltico, la ruta litoral conecta con en el conjunto de la isla y organiza la urbanización, concentrada en el litoral a causa de muy fuertes pendientes. Sin embargo, algunas vías suben los relieves y permiten un aumento de la franja urbanizada.
LAS SERIES DE VILLAS SOBRE PILOTES EN EL ESTE DE LA ISLA
El este de la isla se caracteriza por la valoración de islotes deshabitados hasta ahora de la corona de arrecifes por las mayores cadenas hoteleras mundiales (Mariott, Accor, Hilton, Intercontinental…). Como lo muestra la imagen, siete espigones de villas sobre pilotes se despliegan en la laguna de arrecife y acogen a centenares de unidades. Representan uno de los principales geosímbolos de un turismo de lujo que va integrando cada vez más estrechamente estas islas a la globalización turística contemporánea.
Imagen complementaria
Bora Bora y su vecina al suroeste Raiatea.
Otros recursos
Blondy C., 2016, « Le tourisme, un facteur de développement durable des territoires insulaires tropicaux ? Tourisme, aménagement, environnement et société locale à Bora Bora (Polynésie française) », Mondes du Tourisme, [En ligne], Hors-série | 2016, mis en ligne le 1.9.2016, consulté le 16.9.2018.
URL : http://journals.openedition.org/tourisme/1283 ; DOI : 10.4000/tourisme.1283
Dupon J.-F. (dir.), 1993, Atlas de la Polynésie française, Paris, ORSTOM.
Gay J.-Ch., 2009, Les Cocotiers de la France. Tourismes en outre-mer, Paris, Belin
Contribuyentes
Jean-Christophe Gay, professeur des universités, IAE de Nice, université Nice Sophia Antipolis
Traducción elaborada por Laurent Duteil, professeur d’histoire et de Géographie en section Bachibac, Cité scolaire René Billere, Argelès-Gazost, Académie de Toulouse.