Perú - Madre de Dios: la búsqueda del oro en la llanura amazónica, un frente pionero minero devastador.

La región amazónica de Madre de Dios, en el Sureste de Perú, alberga una de las industrias mineras artesanales más grandes del mundo. En esta región de difícil acceso, la imagen satelital, salpicada de miles de hoyos excavados por los mineros, revelan el alcance de las instalaciones ilegales de minería de oro. Esta sed del oro anima un frente pionero que provoca profundos trastornos - paisajísticos, logísticos, económicos, urbanos... - en la región.

Los daños medioambientales y sociales en particular son colosales. Este sistema demuestra el impacto del modelo extractivista en las economías latinoamericanas, relaciones particularmente depredadoras con el recurso y enormes presiones multiformes que pesan actualmente sobre la cuenca de Amazonia.

 

Leyenda de la imagen satelital

 

Esta imagen ha sido capturada el 15 de noviembre de 2020 por un satélite Sentinel 2. (Imagen en colores naturales con una resolución de 10 m.)

 


Repères géographiques

 

 

 

Presentación de la imagen global

La llanura amazónica peruana: el despliegue de un devastador frente de minería ilegal de oro

¿« Ríos de oro » visibles desde el espacio?

Una región periférica, en el corazón de la Amazonia peruana

La imagen satelital está centrada en la región de Madre de Dios, ubicada en el Sureste de Perú, cerca de la frontera con Brasil y Bolivia. Se trata de una región periférica en un país caracterizado por fuertes disparidades espaciales con, especialmente, una subdivisión en tres entidades: la costa en el Oeste que corresponde a la estrecha franja litoral, la sierra en el centro que es la parte andina y la selva al Este que es la parte amazónica del país. Al pie de la cordillera de los Andes peruanos, Madre de Dios es la provincia menos poblada del país: con oficialmente 141.000 habitantes en 2017 contra 106.000 en 2005 (+ 35.000, + 33 %), se caracteriza no solo por sus densidades muy bajas - 1,6 hab./km² - sino también por su fuerte crecimiento demográfico contemporáneo.

Este margen está relativamente aislado y poblado mayoritariamente por autóctonos hasta su tardía integración a través de la construcción de una carretera orientada de este a oeste abierta en los años 1940. Más recientemente, la Carretera Interoceánica Sur - asfaltada hace poco en en los años 2010 - tiene un papel decisivo en el desarrollo de la minería ilegal de oro al favorecer considerablemente la penetración de la llanura amazónica. La región está organizada alrededor del Río Madre de Dios, rama-principal del río Madeira que confluye con el Amazonas aguas abajo de Manaus en Brasil, y alrededor del puerto fluvial de Puerto Maldonado (92.000 hab.), capital de la provincia, situada un poco más al este y fuera de cámara de la imagen satelital.

Los “ríos de oro”

La imagen permite ver amplias extensiones forestales, atravesadas por ríos cortos pero potentes, alimentados desde los Andes cercanos al oeste. Caracterizados por numerosos meandros y adoptando un trazado anastomozado que se parece a trenzas, depositan, cuando llegan al llano, grandes cantidades de aluviones que les llevan a dividirse en múltiples brazos.

En las inmediaciones de los ríos y de la carretera interoceánica, se distinguen manchas más claras, de aspecto dorado, que han sido apodada impropiamente los « ríos de oro ». Se trata en realidad de miles de excavaciones hechas por buscadores de oro, de numerosas minas a cielo abierto. Llenos de agua, esos innumerables estanques están, teóricamente disimulados por la importante nubosidad debida a la humedad del bosque tropical que se distingue en el rincón inferior izquierdo de la imagen. Sacada a mediados de noviembre de 2020, esta imagen es, por consiguiente, en todos los aspectos, excepcional. Estos estanques están aquí evidenciados por rayos de sol que se reflejan en ellos revelando de manera espectacular los estragos de la minería amazónica ilegal.

Un espacio emblemático del desarrollo de la minería de oro ilegal

El sector minero, motor económico peruano y de la región

El crecimiento peruano de los últimos años ha sido ampliamente sostenido por el sector extractivo. El subsuelo peruano contiene importantes recursos codiciados: metales preciosos como el oro o la plata, semipreciosos como el cobre y una serie de minerales como el zinc, el plomo o el hierro, sin contar algunos recursos de hidrocarburos. Muy atractivo para los inversores debido a una economía abierta, a un código minero muy favorable y a una relativa estabilidad, hasta un periodo reciente, Perú ha basado su prosperidad en precios de materias primas históricamente altos desde los años 2000 - que provocan el «boom de las materias primas» - particularmente como consecuencia del crecimiento de la demanda de los emergentes. De esta manera, China se ha convertido en unos años en el primer cliente, con más del 29% de las exportaciones, y en el primer proveedor, con más del 24% de las importaciones, del país, induciendo una fuerte dependencia.

El sector minero es por por consiguiente imprescindible en la economía peruana: pesa alrededor del 10% del PIB, del 8% de los ingresos fiscales y del 57% de las exportaciones en 2019. Más concretamente, Perú es actualmente el 6° productor mundial de oro, después de China, Australia, Rusia, los Estados Unidos y Canada; el 1° de América latina con unas 140 toneladas extraídas al año. Una parte significativa de este oro es producida de manera informal y a menudo con técnicas artesanales, en minas ilegales, particularmente en la región de Madre de Dios. Por lo tanto, la región cubierta por la imagen produce entre el 10 y el 20% del oro del país pero en ella la minería ilegal es generalizada (el 90%).

Un desarrollo reciente estimulado por el alza del precio del oro y la apertura de la región por la Carretera Interoceánica Sur

La minería del oro ilegal afecta a muchas regiones amazónicas, sea en Brasil, en Surinam o en Guyana. Es una actividad que ha conocido un fuerte desarrollo desde los años 2000. Varios factores se combinan para explicar este fenómeno. Primero el alza espectacular del precio del oro, que ha sido multiplicado por 7 desde 2005, incrementando por lo tanto la codicia sobre el precioso metal, y originando una multiplicación casi exponencial de los sitios de extracción: el ritmo de la deforestación relacionado con la minería del oro ilegal en la provincia está estrechamente correlacionado con la progresión del precio del oro.

En la región de Madre de Dios, si el oro está efectivamente extraído desde hace más de medio siglo, esta actividad ha literalmente explotado con la apertura permitida por el asfaltado de la Carretera Interoceánica Sur conectando Brasil con Perú, claramente visible en la imagen con su orientación Este-Oeste. Inaugurado en 2011, este eje tiene como objetivo el desarrollo de los intercambios comerciales y turísticos con el potente vecino brasileño pero, por el momento, a escala nacional, el balance parece decepcionante. Los intercambios entre el Estado brasileño de Acre y Perú siguen siendo modestos e ignoran la vía terrestre: el valor de los intercambios fronterizos es de esta manera estimado en 246 millones de dólares para el periodo 2009-2019, de los cuáles solo el 18% habría sido por vía terrestre, es decir menos del 1% de los intercambios entre Brasil y Perú.

Esta cantidad parece ridícula comparada con las inversiones efectuadas porque el coste de la construcción y del mantenimiento de esta infraestructura representaría 4.500 millones de dólares para el presupuesto peruano. La cuenta no está y eso tanto más cuanto que en práctica, a escala regional, la ruta interoceánica sirve hoy en día de vector de difusión de la minería del oro ilegal y de deforestación, reforzando la accesibilidad de esta región periférica y facilitando el desplazamiento de los buscadores de oro entre las obras y los pequeños centros urbanos.

La minería del oro ilegal: un sistema técnico, social, económico y territorial específico

Aunque sea ampliamente « clandestina », la minería del oro constituye un verdadero sistema territorial regional de gran amplitud espacial y, como lo hemos visto, de una verdadera importancia económica a escala de Perú. Se basa en un sistema técnico de extracción específico, un tipo de construcción social y una producción territorial singular, todo ello integrado en la globalización del mercado de las materias primas.

Las técnicas muy específicas de extracción del oro aluvial

En Perú, el oro se encuentra en el estado primario bajo la forma de vetas en la cordillera de los Andes donde es explotado de manera industrial en las minas. Pero, en la región amazónica de Madre de Dios, es esencialmente aluvial. El oro, arrancado a las estribaciones andinas es, en efecto, transportado por los ríos, a veces sobre distancias muy largas. Bajo el efecto de la erosión, se desmorona en restos cada vez más finos: pepitas, granos, escamas, polvos que se mezclan con arenas, gravas o minerales como la magnetita.

En este contexto el oro no circula de manera aleatoria sobre toda la anchura del lecho del río: la «gold line» depende del caudal, de loa cambios de la corriente. Un meandro, una roca o bien una fisura («olla») pueden favorecer la concentración de sedimentos en depósitos para formar un yacimiento secundario. Los buscadores de oro - los oreros - aprenden a detectar estos indicios en el paisaje durante la prospección. Algunos yacimientos secundarios se encuentran por lo tanto también en antiguos lechos de ríos cubiertos por la vegetación. El descenso de los ríos descubre lechadas de sedimento explotadas por los buscadores de oro; pero, de manera más general, estos dragan los ríos o excavan el suelo de las orillas o de los bosques de la región.

El trabajo de los buscadores de oro consiste en separar el oro de los sedimentos con los que está mezclado. Existen varias técnicas, pero todas tienen en común el utilizar la gravedad: siendo el oro un metal más pesado y denso, es posible atraparlo mientras se expulsan los sedimentos más ligeros.
 
Hoy en Perú, los oreros buscan el oro en el río con barcazas más o menos artesanales. Algunas son verdaderas estructuras de acero, otras simples balsas subidas sobre flotadores de plástico, equipadas con lonas a modo de techo. Para las más rudimentarias, un motor de motobomba se encarga del funcionamiento de una draga aspiradora que es guiada por un buceador. Para las barcazas semi-industriales, motores accionan cabezas perforadoras y aspiradoras que sustituyen el buceador. En ambos casos, los sedimentos aspirados son vertidos sobre una rampa de lavado, un «canal» de madera o de metal, equipados con travesaños y a veces con cintas en los que los aluviones fluyen gracias a un chorro de agua. Bajo el efecto de la gravedad, las partículas de oro, más pesadas, quedan atrapadas, mientras que la arena es evacuada y rechazada en el río. Sin embargo, estas barcazas se han hecho menos frecuentes porque son localizables por las autoridades que patrullan sobre los ríos.

Los oreros también pueden instalarse sobre las barcazas para buscar depósitos de oro aluvial en el suelo. El trabajo consiste entonces en enrasar las capas superficiales con una excavadora y después en accionar una manguera de agua - manguera-monitor - enviando un chorro de agua de alta presión para licuar los sedimentos mientras que una bomba aspira el lodo producido. Este lodo es después vertido hacia una rampa de lavado o una mesa elevadora que permite separar el oro de los sedimentos más ligeros.

Para terminar, a veces los oreros excavan pozos con la esperanza de acceder a una verdadera veta de oro. Para ello, los macheteros progresan en el bosque armados con machetes, motosierras y, para los astilleros mejor dotados, de excavadoras. Después de una deforestación parcial, el pozo es excavado sobre 15 metros de profundidad y completado con galerías laterales consolidadas con maderas provenientes de los cortes. Es a menudo necesario organizar el bombeo del agua que puede invadir el pozo y ablandar la tierra hasta hacer que el lugar sea peligroso. Si se encuentra oro, otros pozos son excavados a algunos metros de allí para seguir la veta. Según el Centro de Innovación Científica Amazónica (Cincia), entre 2016 y 2019, más de 5.300 pozos han sido excavados en la zona de la Pampa (zoom 3).  

Cualquiera que sea el tipo de yacimiento aurífero secundario o el método empleado, utilizar mercurio aumenta considerablemente la eficacia del dispositivo y los buscadores de oro recurren ampliamente a éste. En efecto, al estado líquido, este metal tiene la propiedad única de adherir al oro y de formar con éste una amalgama. Utilizado sobre rampas de lavado, las mesas de elevación o en barriles, permite recuperar hasta las más pequeñas escamas y polvos de oro que, así amalgamados, son más pesadas y fáciles de clasificar. La fase final consiste para los oreros, en calentar estas amalgamas a temperaturas muy altas (400°C) con un soplete para que el mercurio se evapore para dejar únicamente el oro cuya temperatura de fusión es más alta.  

Organización social de la obra: una estricta división del trabajo

Como lo explica François-Michel Le Tourneau, geógrafo e investigador en el CNRS especialista de Amazonia, el sistema económico de los buscadores de oro «puede ser considerado como un capitalismo puro, en el que ningún mecanismo de amortiguación social está activo. Se basa principalmente en el trueque del trabajo contra un reparto del valor de la producción y en una cadena de venta de las mercancías que maximiza las ganancias.»  

De esta manera, en los pequeños asentamientos mineros ilegales, existe una estricta división del trabajo. Las obras reúnen al menos cuatro oreros asociados en cooperativa o que trabajan para un jefe que posee el capital necesario para empezar la explotación. Éste proporciona el material: máquinas, tubería, motores, aceite de motor, gasolina, piezas de recambio porque las roturas son frecuentes, y también alimentos en el asentamiento. Los obreros que ha contratado, a menudo jóvenes y móviles, pasan de una obra a la otra, tienen papeles bien definidos: algunos maquinistas que alternan trabajo de día y de noche, un buceador o un abre caminos equipado con un machete o una motosierra y, para terminar, una cocinera. Si ésta puede ser asalariada, el resto del equipo solo gana algo si se encuentra oro. Según las informaciones de François-Michel Le Tourneau para Guyana, el jefe impone un reparto del tipo 70% para él y 30% para los obreros; las relaciones son mejores- el 60% contra el 40% - para los equipos de las barcazas porque los riesgos son elevados para los buceadores.

Para satisfacer las necesidades de los oreros (herramienta, gasolina, restauración, medicinas…), una multitud de pequeños comerciantes y transportadores giran en torno a obras. Se han instalado en la región siguiendo la progresión del frente pionero aurífero. Y con el paso del tiempo, ciertos asentamientos se han convertido en verdaderas aldeas que a veces cuentan con varios miles de habitantes (zoom 1).

Un sistema de urbanización: de asentamientos mineros a la explosión urbana

La estructuración del territorio traducida por la imagen es característica de los frentes pioneros. La apropiación y la organización del espacio se hace de manera no lineal, a través de booms sucesivos, según una configuración en racimo o en clúster. En efecto, las minas legales atraen una mano de obra numerosa y los que no consiguen que los contraten allí pueden crear o unirse a sitios de extracción clandestinos cercanos. Además, cada sitio del que se han sacado varios kilos de oro, que sea legal o no, conoce una nueva afluencia de oreros exploras sus alrededores.

Después de las dos primeras estampidas hacia el oro de los años 1930-1950 y 1970-1980, actualmente es el tercer boom extractivo que afecta la región de Madre de Dios. Se caracteriza por una presión migratoria más marcada que alimenta el crecimiento urbano local, que contribuye por su cuenta a consolidar la actividad minera facilitándola. Estas dinámicas contribuyen a esbozar una pequeña red urbana jerarquizada.

La capital regional, Puerto Maldonado (fuera de la imagen), ha sido oficialmente creada en 1902 por el gobierno peruano deseoso de afirmar su soberanía sobre este margen amazónico entonces dirigido, con la mayor violencia, por los capos de la goma. La película Fitzcarraldo (1982) de Werner Herzog ha hecho entrar en la leyenda Carlos Firmin Fitzcarrald (1862-1897), este cauchero - loco por la ópera, determinado a abrir una vía de paso terrestre - varadero - conectando las cuencas hidrográficas del Ucayali y de Madre de Dios. Lo consiguió sacrificando una mano de obra indígena ampliamente esclavizada y el «Istmo de Fitzcarrald» se sitúa fuera de la imagen, aguas arriba de Madre de Dios. Sus expediciones valorizan también el sitio de Puerto Maldonado, particularmente estratégico porque en confluencia del río Tambopata y del río Madre de Dios, pero la ciudad debe su nombre al coronel José Faustino Maldonado, cuya expedición desapareció cuando intentaba remontar el río.

De esta manera, las rutas fluviales han constituido durante mucho tiempo la principal vía de penetración de esta remota región y han favorecido la aparición de pequeñas aldeas. Hoy en día, Puerto Maldonado también es accesible por vuelos directos y en aviones de gran capacidad desde Cusco y Lima, así como por la carretera interoceánica sur. Sigue siendo, con 92.000 habitantes, el centro de mando de la región.

Pero desde la inauguración de la carretera interoceánica en 2011, Puerto Maldonado ya no tiene el monopolio de los bares, de los «prostibares» y otros prostíbulos, de los hoteles, de los restaurantes, ni siquiera de las tiendas de compra de oro. Pequeñas aldeas, a menudo nacidos de antiguos asentamientos mineros y comunicados por la carretera, como Mazuko (6.000 habitantes en 2017) bien visible en el zoom 1, están en plena expansión. En el corazón de la imagen principal, y más precisamente en el zoom 3, también se puede observar un amplio asentamiento ilegal, «La Pampa» que concentraba hasta 2019, unas 25.000 personas a ambos lados de la carretera interoceánica.

Una noria de vendedores ambulantes, de pilotos de lanchas de colporteurs, de pilotos de piraguas (peque-peque), de taxistas y de camioneros conectan estas aldeas entre ellas asegurando el suministro de las obras en productos tanto legales como ilegales.

De esta manera en la región de Madre de Dios, varios ciclos extractivos - goma, madera, oro - se han sucedido, favoreciendo la progresión del frente pionero sin que la dinámica de ocupación del espacio fuera concertada. A pesar de ello, la apertura de la carretera interoceánica parece consolidar hoy la emergencia de una pequeña red urbana cuya configuración sigue siendo parcialmente evolutiva porque los oreros se adaptan a la represión de las autoridades para abrir tal o tal sendero - trocha - en el bosque.

Blanquear el oro ilegal e insertarlo en los circuitos legales y globalizados

Después de haber cobrado su parte, los oreros van a las aldeas de la región, o más a menudo a Puerto Maldonado, para vender su oro y efectuar transferencias en tiendas especializadas - compra de oro. Claro, se supone que éstas tienen que controlar los títulos de las concesiones y registrar el origen del oro, pero no son todas muy escrupulosas.

Los oreros también pueden vender su producción a algunas minas cuyo rendimiento ha bajado pero que siguen declarando una importante producción como las de la zona de Huepetuhe que son las más antiguas de la región apareciendo en la imagen (zoom 1). Además, esto revela la complejidad de las relaciones entre oreros y buscadores de oro legales que oscilan entre conflictos y cooperación.

Para terminar, parte del oro ilegal transita en contrabando a través de los países cercanos, Brasil y Bolivia, para llegar a los Estados Unidos donde Miami parece haberse convertido en el centro de este mercado.

Una catástrofe medioambiental y social

Paisajes y ecosistemas devastados por una relación de depredación

François-Michel Le Tourneau explica que la actividad de los oreros debe su rentabilidad en gran parte a un dumping social y ecológico extremo: por supuesto, los dueños no pagan contribuciones sociales y el costo de los daños medioambientales no es internalizado de ninguna manera. El impacto medioambiental de estas obras ilegales es tanto más masivo cuánto que los equipos de oreros se desplazan regularmente, siempre en busca de un nuevo yacimiento aurífero secundario. Además son, en su mayoría migrantes, a menudo provenientes de los Andes, que no tiene una relación afectiva particular con la región de Madre de Dios. Como lo subraya François-Michel Le Tourneau, para los oreros brasileños en Guyana: “su sistema es en gran parte desterritorializado: utiliza las regiones solo como soportes casi anónimos de la extracción del oro.

Tal relación de depredación con el recurso solo puede tener un impacto devastador sobre el medioambiente. En los ríos, las estacas de amarre que han servido para las barcazas permanecen mientras que la turbidez aumenta bajo el efecto combinado de la brutal aspiración de los sedimentos y de los vertidos contaminantes, perturban los ecosistemas acuáticos. Cerca, las orillas deforestadas y erosionadas corren el riesgo de hundirse hasta el punto, a veces, de modificar el trazado de los ríos. Sobre la tierra, el bosque es reemplazado por un paisaje desolado, compuesto por miles de hoyos de excavación llenados por un agua contaminada, separados por barras arenosas originadas por vertidos sedimentarios. El conjunto es altamente contaminado por el mercurio y la gasolina.

Una contaminación masiva por el mercurio

Tomando en cuenta que se necesitan de 1 a 10 gramos de mercurio para amalgamas 1 gramo de oro, el mercurio es masivamente vertido en el medioambiente durante la extracción aurífera en la región de Madre de Dios; unas 180 toneladas cada año, según las estimaciones del Cincia, es decir más de la mitad del mercurio emitido en Perú.

Una parte es llevada por las aguas que pasan por las mesas de elevación mientras que los humos originados por el mercurio calentado se depositan sobre la vegetación antes de ser lixiviados por las lluvias. De esta manera, el mercurio, tóxico bajo todas sus formas, contamina el aire, los suelos, las aguas y afecta toda la cadena trófica terrestre y acuática mucho más allá de las zonas de explotación aurífera. Debido a la bioacumulación, la concentración es muy importante en la carne de los grandes peces carnívoros (como el Mota Punteada, un tipo de pez-gato) y por ello los pueblos autóctonos, que viven en parte de la pesca, son particularmente vulnerables.

En los pueblos de mineros, los expertos del Cinci han medido tasas de concentración en el aire más de veinte veces por encima del límite máximo recomendado por la OMS (21 µg/m³ contra 1 µg/m³). También es así en Puerto Maldonado donde se encuentran numerosas tiendas de compra de oro. En efecto, todos los operadores proceden a una purificación del oro gracias a un soplete para eliminar cualquier residuo de mercurio y pagarle solo el peso final al orero. Esta práctica nociva para la salud es autorizada solo si e comercio dispone de una campana extractora, pero, al carecer de equipamiento idóneo, los operadores van a menudo a los patios traseros y la contaminación persiste.

Hoy, la situación es alarmante porque la intoxicación por mercurio produce daños lentos pero irreversibles con efectos dramáticos sobre los sistemas nervioso, digestivo e inmunitario que pueden, entre otros efectos, traducirse por retrasos del desarrollo cognitivo en los niños.

Es cierto que Perú es Parte en la Convención de Minamata sobre el mercurio - firmada en 2013, entrada en vigor en 2017 - que debe su nombre a una ciudad japonesa en la que varios miles de habitante fueron intoxicados por esta sustancia entre 1930 y 1960. Y, por lo tanto, el gobierno trabaja para promover récnicas de extracción sin mercurio, como el uso de mesas de elevación vibrantes facilitando la separación del oro y de los sedimentos, así como prácticas de trabajo más seguras: los oreros pueden, con un simple alambique - retorta -  recuperar el mercurio evaporado para evitar inhalarlo y poder reutilizarlo. Pero, estas prácticas siguen siendo poco corrientes porque suponen recursos financieros o formaciones de las a menudo que se carecen.

Esta masiva contaminación mercurial plantea un verdadero problema de salud pública y es un obstáculo para las perspectivas de reforestación o de valorización agrícola de estas zonas devastadas por la minería del oro.

Una diversidad ecológica extraordinaria amenazada por la minería del oro y la deforestación

Además de la contaminación, la minería del oro también tiene un papel creciente en la deforestación cuando la Amazonia peruana ya es amenazada por la agricultura, sobre todo por la extensión de las plantaciones de coca y de los pastos, así como por la explotación ilegal de la madera. Por cierto estos frentes de colonización pueden superponerse.

De esta manera, en la región de Madre de Dios, la extracción aurífera es responsable de la desaparición de 100.000 hectáreas / 1000 km² de bosque entre 1985 y 2020. Y, por el efecto conjunto de la subida del precio del oro y de la apertura de la carretera interoceánica, el fenómeno se ha acelerado durante la última década: según los expertos del Cincia, estos dos últimos años, la minería del oro a provocado la desaparición del equivalente de 34.000 campos de fútbol del bosque amazónico en Perú. Amazonia, el segundo mayor bosque y principal reserva de biodiversidad del mundo, se reparte sobre nueve Estados - entre los que está Francia a través de Guyana francesa; Perú cuenta con la 2nda mayor porción después de Brasil. Además del rápido desarrollo de la minería del oro, numerosas amenazas pesan sobre la Amazonia peruana, sometida a la presión de varias actividades legales o ilegales, como la explotación de la madera o la cultura de la coca controlada por los narcos, debilitando cada vez más las comunidades autóctonas.

Esta situación, particularmente perjudicial porque Perú está entre los 17 países «megadiversos» del planeta gracias a la región de Madre de Dios que ofrece la mayor biodiversidad del país. Las áreas naturales protegidas representan oficialmente el 45% del territorio regional que alberga, entre otros, el Parque Nacional de Manu situado al oeste de la imagen, clasificado «reserva de la biosfera» y registrado en la lista del patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO. Pero también el de Bahuaja Sonene, así como la Reserva Nacional Tampopata al Sureste de la imagen en la que han sido registradas más de 1.700 especies vegetales, 600 especies de pájaros, 1.000 especies de mariposas, 100 especies de anfibios, 180 especies de peces, 169 especies de mamíferos, más de 100 especies de reptiles.

Para preservar la riqueza ecológica de estas áreas naturales teóricamente protegidas, existe una zonificación que prohibe cualquier actividad productiva en su corazón y delimita una zona de amortiguación en la que algunas siguen siendo autorizadas si respetan ciertas normas precisas, sobre todo si son realizadas por las poblaciones autóctonas. De esta manera la cultura de la nuez de Brasil o el ecoturismo son considerados como prácticas sostenibles.

Pero la imagen satelital revela que la minería del oro ilegal se desborda claramente sobre la zona de amortiguación de la Reserva Nacional de Tambopata, aunque allí la actividad minera está prohibida. En práctica, hoy la zona de amortiguación es el objeto de múltiples conflictos de uso entre oreros, comunidades autóctonas y militantes ecologistas que intentan desarrollar el ecoturismo y denuncian la desaparición de este excepcional patrimonio ecológico. La región se presenta finalmente como una marquetería que yuxtapone territorios preservados pegados a territorios profundamente desestabilizados.   

Territorios del antimundo socialmente desestabilizados

Si la minería del oro ilegal es una plaga para el medioambiente, sus consecuencias sociales también son preocupantes. Los mineros son efectivamente a menudo migrantes pobres provenientes de los Andes. En los años 1980-1990, huían de la extrema pobreza y de la violencia política vinculada al Sendero Luminoso como a su represión por el gobierno, haciendo que una red migratoria se estructurara poco a poco.

Por supuesto, el sistema económico de la minería del oro es percibido como una oportunidad para escapar de la pobreza, pero estos y estas migrantes, a menudo muy jóvenes, representan una mano de obra vulnerable. A veces son engañados por intermediarios - enganchadores - que proponen pagar su viaje y encontrarles un contrato. Pero éstos acumulan sus « prestaciones », tanto que a su llegada los aspirantes mineros están endeudados y obligados al trabajo forzoso, a menudo a la prostitución para las mujeres (zoom 3).

Aunque puedan ser libremente aceptadas, las condiciones de trabajo son difíciles y las condiciones sanitarias son precarias debido no solo al calor, a los riesgos de accidentes sino también a las picaduras de insectos o a la mordeduras de serpientes.

Si François-Michel Le Tourneau insiste en el hecho de que lla solidaridad sea indispensable a la supervivencia en estos territorios marginados y en el hecho de que existan reglas informales que organizan las relaciones sociales en el mundo de los oreros, Madre de Dios conoce una inseguridad y una violencia características de los frentes pioneros: tráficos, asaltos de asentamientos, agresiones… A veces estos actos son debidos a bandas criminales provenientes de la costa e implicadas en el contrabando del mercurio, de gasolina y el tráfico de drogas. En respuesta, los jefes de obras recurren a servicios de grupos se seguridad armados, lo que lleva a una escalada de la violencia. De esta manera, la tasa de homicidios es tres veces superior a la del resto del país.

Entre voluntarismo e impotencia del Estado: respuestas que se enfrentan a las especificidades del territorio y a la miseria de la población

Después de haber cerrado los ojos durante mucho tiempo sobre los estragos de la minería del oro ilegal, el gobierno peruano demuestra, estos últimos años, de más voluntarismo para afirmar su soberanía y su control efectivo sobre este margen amazónico.

En 2010 y en 2012, el país se ha dotado de un arsenal legislativo para regular la explotación minera aurífera artesanal y de pequeño tamaño y promover un «oro responsable», con la ambición de garantizar la salud y la seguridad de la población, así como preservar el patrimonio natural favoreciendo al mismo tiempo el desarrollo de actividades económicas sostenibles. En consecuencia, una zonificación ha sido establecida, prohibiendo la actividad minera en las áreas naturales protegidas, así como en las zonas de amortiguación rodeándolas, pero autorizándolas regulándola en los corredores dedicados. Esta estrategia trataba de formalizar la minería del oro artesanal para mantener una actividad económica creadora de empleos y sacar de ella ingresos fiscales mejorando las prácticas al mismo tiempo. Pero el endurecimiento de las normas medioambientales y sociales ha reducido la rentabilidad de la actividad y la mayoría de los mineros ha preferido permanecer en la clandestinidad, replegándose en el bosque. Así es como, por ejemplo, el inmenso asentamiento de La Pampa se ha desarrollado desde hace 10 años penetrando hasta la reserva de Tambopata (zoom 3).

Frente al fracaso de esta estrategia de formalización, el Estado ha optado por una política represiva de erradicación de los asentamientos ilegales y de destrucción sistemática de las instalaciones. Apoyándose sobre las imágenes satelitales desarrolladas por los científicos del Cincia para localizar los asentamientos y determinar el avance de los frentes auríferos, el Estado ha lanzado la operación Mercurio en febrero de 2019. Entonces, las autoridades locales han podido contar con refuerzos masivos: en coordinación con un procurador, numerosos policías, militares, agentes de aduanas han sido desplegados en la región de Madre de Dios para desmantelar las minas ilegales y forzar la evacuación del amplio asentamiento de La Pampa. Unos meses después, en diciembre de 2019, el presidente de Perú, Martín Vizcarra (2018-2020), se desplazaba para felicitar el balance del operativo, anunciar la «liberación de La Pampa» y lanzar un programa de reforestación. Ha plantado simbólicamente un árbol del vivero que el Cincia ha desarrollado en Mazuko para probar las esencias forestales los más susceptibles de desarrollarse en este ambiente devastado.

Si es verdad que La Pampa ha sido evacuada y que el ritmo de la deforestación ha desacelerado, no es seguro que los efectos de esta estrategia coercitiva sean perennes. En efecto, la destrucción sistemática de las instalaciones pretende encarecer los costes de producción para cortar la dinámica económica de la minería del oro ilegal. Pero este método puede revelarse contra-productiva porque los riesgos relacionados con la fuerte presencia policial incrementan otro tanto el valor de los descubrimientos. Además, los oreros demuestran una notable resiliencia y se dispersan en el bosque, lo que podría presagiar la aparición de nuevos frentes pioneros. Para terminar, Perú ha sido profundamente desestabilizado por la pandemia de COVID-19 y hoy pasa por una grave crisis sanitaria, económica y política. El gobierno podría ya no estar en capacidades de financiar operativos de gran amplitud en Madre de Dios y eso, cuándo la mayor pobreza alimenta la informalización de la economía y los flujos migratorios que incrementan la presión en la región.

Sin embargo, los expertos del Centro para la Innovación Científica Amazónica (Cincia), creado en Puerto Maldonado en 2016 por la Universidad de Wake Forest de Carolina del Norte y en parte financiada por la agencia de los Estados Unidos para el desarrollo internacional (USAID) así como por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), mantienen un gran trabajo de estudio de impacto de la explotación. Vigilan la progresión de la deforestación con la ayuda de drones, evalúan el grado de contaminación por el mercurio y sensibilizan las poblaciones locales a sus consecuencias sanitarias, interviniendo especialmente en las escuelas. También realizan experimentos para facilitar la restauración de terrenos degradados y contaminados y organizar la reforestación. Utilizan por ejemplo el biocarbón que permite restablecer el equilibrio de los suelos y plantan esencias forestales seleccionadas y asociadas después de numerosos experimentos. De esta manera, las especies de rápido crecimiento, como no solo el pashaco (Schizolobium amazonicum) sino también el pino y el eucalipto tienen que proteger especies de valor ecológico más importante pero cuyo crecimiento es más lento, como el kapokier (Ceiba pentandra).

Por el momento, no obstante, estas acciones parecen insuficientes para contener los estragos de la minería del oro ilegal en la región de Madre de Dios, y las operaciones de evacuación llevadas por las autoridades les parecen severas a poblaciones pobres que carecen de alternativas. Aun así, las mentalidades evolucionan porque las últimas elecciones regionales en 2018 han llevado al poder Luis Hidalgo que había hecho su campaña contra la minería del oro ilegal.

 

Enfoques

 

 

 

El orden de presentación de los zooms sigue aproximadamente la cronología del desarrollo de la minería del oro, partiendo de las zonas explotadas más antiguamente y terminando por la muy reciente apertura del frente septentrional.

 

 

Zoom 1: Huepetuhe, una explotación mecanizada

La imagen muestra la zona conocida como la mina de oro del Rio Huaypetue ou Huapetuhe. Esta amplia mina de oro cubre más de un centenar de kilómetros cuadrados sobre las últimas laderas de la Cordillera de los Andes, entre el río Colorado y el río Inambari que confluyen más al norte con el Madre de Dios. Las minas ocupan en totalidad las cuencas de los pequeños ríos Piquiri y Caychihue, hasta el punto de que sea imposible distinguirlos en la imagen.

Activa desde los años 1990, allí, hoy la explotación es ampliamente mecanizada, y utiliza grande maquinaria de construcción como las excavadoras y otros volquetes que tienen importantes impactos sobre los paisajes y participan localmente de una espectacular devastación de los terrenos. Hoy, la explotación que ha procedido remontando el curso del río principal y después de sus afluentes es, allí, legal. Sin embargo, está bajando mostrando el agotamiento progresivo de los recursos.

En el centro-oeste de la imagen, se distingue la aldea de Huepetuhe, un antiguo asentamiento minero y las minas alrededor y, más al este, sobre el río Inambari, la aldea de Mazuko, cuyo origen remonta a la primera fiebre del oro en los años 1930. Debe su nombre a Jorge Mazuko, un migrante japonés que, en la época, se había especializado en la horticultura para suministrar el asentamiento minero de Huepetuhe.

Durante el segundo boom minero en los años 1970-1980, el sitio cobró importancia porque apareció como una encrucijada en la carretera terrestre conectando Puerto Maldonado con Quince Mil más al Sur y la oferta de servicios se fortaleció. Al Este, se ve que la deforestación progresa «en espinas de pez» lo que indica la presencia de máquinas de construcción como buldóceres y excavadoras y no el trabajo de oreros artesanales.



 


Las minas de oro del Río Huaypetue

 

 


La aldea de Mazuko sobre el río Inambari

 

 

 

Zoom 2. Delta, entre entre explotación mecanizada y artesanal


En el rincón noroeste, dentro de un bosque relativamente preservado, se distingue claramente el Río Colorado, afluente del río Madre de Dios, por su curso anastomozado. La parte oeste es una zona de amortiguación que separa el sitio de la reserva comunal Amarakaeri. El paisaje es muy diferente en las cercanías de su afluente el río Piquiri, más al este en la imagen satelital, a lo largo del que se desarrolla la cuenca de extracción “Delta”.

Éste se divide en realidad en dos conjuntos bastante diferentes. Al sur se despliega una explotación mecanizada, en la continuidad de la cuenca anterior. Al norte se ven las innumerables pequeñas cuencas, de forma más redondeada pero muy irregular, características de una explotación artesanal, la que s operada principalmente a través de bombas de succión.
Más hacia el este, pequeñas marcas de deforestación son visibles a lo largo de pistas de orientación este-oeste y norte-sur talladas derecho en el bosque. El conjunto es polarizado por la aldea de Boca Colorado, que agrupa oficialmente unos 2.000 habitantes, cuyo aeródromo es visible al extremo noreste de la imagen: es un pequeño centro local de servicios y de distribución, y su situación la convierte también en un punto de tránsito de la producción de coca de Amazonia occidental hacia el mercado brasileño.
Aún nos situamos aquí en el corredor minero legal, que ocupa aproximadamente la parte norte de la imagen satelital general, mientras que la carretera interoceánica delimita al sur las áreas protegidas dónde la minería del oro es prohibida y por lo tanto ilegal cuándo es practicada.

 


El delta

 

 

 

Zoom 3. La Pampa: una zona alterada por los estragos de la explotación minera artesanal

La región de La Pampa alterada por la minería del oro clandestina

Esta imagen satelital muestra la zona minera ilegal de La Pampa, de explotación mucho más reciente ya que se ha desarrollado de manera acelerada durante la última década en la zona del interfluvio delimitada por el río Madre de Dios, visible al nord de la imagen y uno de sus afluentes, el río Malinovski, al sur.

Los famosos «ríos de oro» que aparecen claramente en la imagen son el resultado típico de una práctica de extracción artesanal o poco mecanizada. El carácter lineal de esta red de cuencas llenadas por un agua contaminada relumbrante dentro de extensiones arenosas puede ser que se explique por la presencia de una veta de oro primaria o, más probablemente, por la de depósitos auríferos aluviales correspondientes a antiguos lechos de ríos. El curso, muy anastomozado de los ríos Madre de Dios y Malinovski podría efectivamente ser el índice de una importante movilidad pasada. Pero esta red lineal es, par terminar, típica de la progresión de los oreros que, si han encontrado oro, también buscan en las inmediaciones, y a veces utilizan las cuencas excavadas anteriormente para derramar dentro los nuevos desechos o para captar el agua necesaria para el funcionamiento de las lanzas monitores y de bombas de succión.

Exactamente en el centro de la imagen, paralela a los dos ríos, se adivina la Carretera Interoceánica Sur, de orientación Este-Oeste, cuya apertura en 2011 ha provocado una aceleración de la fiebre del oro en la región de Madre de Dios. Testigo de ello, una morfología característica de una ciudad-hongo emergente: los asentamientos, dispersos al principio, ahora forman una ciudad-calle estirada a ambas partes de la carretera, y la zona aún concentra en 2018 25.000 personas. Entre varios núcleos de viviendas relativamente precarias, siempre a lo largo de la carretera, se pueden ver parcelas dedicadas a la agricultura que indican una ocupación perenne y cuya producción viene seguramente a completar a menor coste una oferta esencialmente importada desde Puerto Maldonado, la capital regional situada más al este (fuera de la imagen). Porque si La Pampa ve desfilar los oreros, también ha atraído una multitud de pequeños comerciantes instalados de manera más duradera, así como numerosos traficantes que le han dado una mala reputación.

En efecto, la Pampa se ha convertido en una zona fuera de la ley en la que se desarrollan múltiples tráficos incluso de seres humanos. Según la ONG peruana Promsex, iniciador de una campaña de sensibilización «No más niñas invisibles», el 38% de las mujeres de la Pampa son explotadas sexualmente. La tasa de homicidios también es superior al del resto del país y la violencia puede ejercerse contra los militantes medioambientales. El Atlas de los Conflictos para la Justicia Medioambiental apunta que en 2015, el fundador de la asociación de reforestación Feforemad, Alfredo Ernesto Vracko Neuenschwander, que denunciaba la expansión de la extracción  aurífera a despensas de la reserva natural de Tambopata, situéada inmediatamente al este, ha sido asesinado.

En efecto, en la región desvelada por la imagen, existe teóricamente una zonificación: al norte de la Carretera Interoceánica se despliega un corredor minero legal en el que la minería del oro es autorizada bajo la condición de tener un permiso, mientras que en el espacio situado al sur, entre la Carretera y el río Malinovski, es una zona de amortiguación en la que esta actividad es prohibida: ninguna concesión oficial está concedida allí para preservar  los ecosistemas del Parque Nacional Bahuaja Sonene, situada inmediatamente al sur del río Malinovski (fuera de la imagen) y de la reserva Nacional de Tambopata al sureste.
 
Pero las masivas violaciones de la zonificación, seguidas por las autoridades gracias a las imágenes satelitales, la aparición de nuevas áreas de deforestación en el curso superior del río Malinovski al oeste, y la escalada de la violencia, finalmente han decidido el gobierno a lanzar en febrero de 2019, un operativo represivo de gran amplitud para volver a tomar el control de esta zona gris: el operativo Mercurio. Unos 1.500 policías y militares, principalmente procedentes de la marina, han sido desplegados para reforzar las fuerzas del orden locales para evacuar todo el sitio de La Pampa y patrullar a lo largo de los ríos con el objetivo de detener los oreros y destruir las eventuales instalaciones con explosivos. Paralelamente a estas intervenciones militares, científicos, entre los que estaban los Cincia, han sido invitados a estudiar el sitio para considerar un proyecto piloto de reforestación.

Antes del operativo Mercurio, la deforestación resultante de la minería del oro progresaba, en La Pampa, de 165 hectáreas al mes contra 17 hectáreas desde el lanzamiento del operativo, es decir un descenso del 90%. Pero desde 2020, la pandemia de COVID-19 y el confinamiento han complicado el trabajo de las autoridades y la deforestación se ha reanudado puntualmente en esta región ultra-periférica.

La minería del oro ilegal al sur del sitio aurífero de La Pampa, en conflicto con la protección del medioambiente

Se ven en la imagen satelital los paisajes de la extracción artesanal con numerosas cuencas. La explotación se desarrolla aquí del oeste hacia el este, paralelamente al río Malinovski. La parte más oriental resulta de una deforestación muy reciente ocurrida después de 2017, aunque el ritmo de la deforestación parece haberse frenado un poco después del operativo Mercurio en esta parte de La Pampa.

La actividad aurífera excede así ampliamente el corredor minero legal, más al norte, y invade la zona de amortiguación de la reserva nacional de   Tambopata. Nacida de una zona reservada en 1977, ésta ha sido creada en 2000 y cubre un poco más de 270.000 hectáreas. Gracias a su excepcional biodiversidad y en virtud de una situación relativamente accesible, la reserva ve desarrollarse una actividad de ecoturismo no desdeñable.

Además de las consecuencias medioambientales, los impactos sociales son notables en una reserva que alberga una decena de comunidades autóctonas de las etnias Yine, Matsiguenka et Harakmbut, es decir unas 1.500 personas, que denuncian la debilidad de la presencia del Estado para defender la reserva frente a los apetitos de los oreros. Por ello los Amerindios tienen que luchar como pueden con sus propios medios. Otras poblaciones autóctonas también se enfrentan con los buscadores de oro en la región, como en la zona de amortiguación de la reserva comunal Amarakaeri, al oeste del río Piquiri (véase el zoom 1).



La minería ilegal del oro al sur del sitio aurífero de La Pampa, en conflicto con la protección del medioambiente

 

 

 

 

Zoom 4. Un nuevo frente septentrional

Al Norte, a lo largo del río Madre de Dios se ha abierto muy recientemente un nuevo frente pionero. En efecto, la imagen satelital permite detectar los principios de la deforestación y de la transformación de los paisajes, que aparecen bajo la forma de islotes discontinuos y que aún ocupa superficies modestas. De alguna manera es la primera fase de la explotación, en un territorio en rápida mutación, que amenaza con evolucionar como los otros sitios si no hay una regulación más estricta.

 


A lo largo del río Madre de Dios

 

 

Bibliografía y recursos complementarios

Acerca de Amazonia:


Hervé Théry : Brésil - Manaus, villes d’eaux au cœur de l’Amazonie
Brésil - Manaus, villes d’eaux au cœur de l’Amazonie

Patrick Blancodini : France - Guyane - Le Maroni, fleuve-frontière entre la Guyane française et le Suriname
France - Guyane - Le Maroni, fleuve-frontière entre la Guyane française et le Suriname

Patrick Blancodini : Guyane française / Brésil - La frontière : un territoire longtemps contesté à une difficile coopération régionale transfrontalière
Guyane française / Brésil - La frontière : un territoire longtemps contesté à une difficile coopération régionale transfrontalière


Patrick Blancodini : France - Guyane : Maripasoula et Haut-Maroni, une région transfrontalière enclavée entre la Guyane française et le Suriname
Guyane : Maripasoula et Haut-Maroni, une région transfrontalière enclavée entre la Guyane française et le Suriname

Acerca del modelo extractivista latinoamericano:

Bernadette Mérenne-Schoumaker : Chili - L’exploitation du lithium dans le désert d'Atacama : nouvelle ressource stratégique et bouleversement technologique mondial
Chili - L’exploitation du lithium dans le désert d'Atacama : nouvelle ressource stratégique et bouleversement technologique mondial

Clémence Cattaneo : Chili - La mine de cuivre de Chuquicamata et la ville de Calama, une région façonnée par l’extraction minière dans une marge désertique
Chili - La mine de cuivre de Chuquicamata et la ville de Calama, une région façonnée par l’extraction minière dans une marge désertique

Libros y artículos:

François-Michel Le Tourneau, Chercheurs d'or - L'orpaillage clandestin en Guyane française, CNRS Éditions, 2020

Amanda Chapar, “En Amazonie péruvienne, les leaders amérindiens menacés par les narcos et les trafiquants de bois”, Le Monde, 14 de junio 2021,
https://www.lemonde.fr/international/article/2021/06/14/en-amazonie-per…

Vincent Bos y Cécile Lavrard-Meyer, « « Néo-extractivisme » minier et question sociale au Pérou », Cahiers des Amériques latines [En ligne], 78 | 2015, publicado el 13 de enero 2016, consultado el 30 de junio 2021. URL : http://journals.openedition.org/cal/3501

Marie-Laure Théodule, « Le Pérou viendra-t-il à bout de l’or sale ? », La recherche, n°556, febrero 2020

Tarik Naghib Tavera Medina, Del istmo de Fitzcarrald a La Pampa : análisis del sistema de redes de ciudades mineras de la región de Madre de Dios en el área de influencia de la carretera Interoceánica (1980-2018), Tésis de geografía, Universidad Católica de Perú, diciembre 2020

Céline Delmotte, « Accès aux ressources naturelles et foncières en Amazonie péruvienne. Entre agriculture et exploitation aurifère artisanale », Revue internationale des études du développement, 2019/2 (N° 238), pp. 219-244.

G. Gallice, G. Larrea-Gallegos, I. Vázquez-Rowe, “The threat of road expansion in the Peruvian Amazon”, Oryx, 53(2), 284-292, 2019, https://www.cambridge.org/core/journals/oryx/article/threat-of-road-exp…

Lenin Valencia, Las rutas del oro ilegal : estudios de caso en cinco países amazónicos, SPDA, 2015

Nicole Bernex, « L'Amazonie péruvienne entre intégration et dégradation », Problèmes d'Amérique latine, 2013/1 (N° 88), pp. 95-121.

Páginas web


Página del Cincia: https://cincia.wfu.edu/en/

Atlas des conflits pour la justice environnementale : https://ejatlas.org/?translate=fr

“Pérou : l’or à tout prix”, documental, Arte, 2019.

“Exploitation minière artisanale : la Suisse lutte contre l’or sale au Pérou”, reportaje Swiss Info, https://stories.swissinfo.ch/la-suisse-lutte-contre-l-or-sale-du-perou#…

Contribuyentes

Autores

Clémence Cattaneo, Profesora de chaire supérieure en el instituto Thiers de Marsella, y Clara Loïzzo, Profesora de chaire supérieure en el instituto Masséna de Niza.

Traducción

Xavier Cuenin,