La ciudad de San Sebastián, la "Perla del Cantábrico", es ante todo conocida como una prestigiosa estación balnearia. Su extenso patrimonio arquitectónico y la belleza de sus playas -en primer lugar La Concha- la convierten en un polo de atracción a escala nacional e internacional. Pero sería simplista reducir la vitalidad de esta ciudad vasca a su única función turística. A pesar de su proximidad a Bilbao, a unos 100 km, San Sebastián es un centro urbano dinámico, capital de la provincia de Guipúzcoa y foco de una amplia gama de actividades estratégicas. En este sentido, Donostia -San Sebastián en euskera- es un buen ejemplo de construcción metropolitana en proceso.
Pie de foto
Esta imagen de San Sebastián, en el País Vasco español, fue tomada por un satélite PLEIADES el 11 de octubre de 2019.
Es una imagen en color natural, con una resolución nativa de 0,70 m, remuestreada a 0,5 m. Para saber más
San Sebastián. Más allá de la lógica balnearia, estrategias metropolitanas
San Sebastián: una estación balnearia de renombre internacional
Un lugar geomorfológico complejo, grandes recursos turísticos
Un litoral excepcional. La costa vasca es esencialmente rocosa. Aquí, está delimitada por una cordillera de arenisca cuyas alturas dominan las aguas del golfo de Vizcaya, que los españoles llaman mar Cantábrico. Al este, hasta la frontera, el monte Jaizkibel se eleva 541 metros sobre el mar. Cae literalmente al mar, ya que los estratos de arenisca que le sirven de armazón son casi verticales en algunos puntos. Hasta San Sebastián, los montes Ulia, Urgull e Igueldo enmarcan y dominan el tejido urbano, ofreciendo unas vistas panorámicas extraordinarias. En el interior, esta cordillera litoral domina un vasto corredor interior en el que se han desarrollado los ejes urbanos y de transporte que conectan la región.
Sin embargo, esta dorsal costera no es continua. Está surcada por la desembocadura de varios pequeños ríos costeros. El río Urumea, por ejemplo, llega al mar en San Sebastián. Por otra parte, esta cordillera también está ampliamente cortada por vastas ensenadas marítimas.
La ciudad de San Sebastián se ha desarrollado a lo largo de dos vastas bahías: la de Zurriola, la más oriental, y, sobre todo, la de la Concha. Con su forma de concha de vieira y su acceso al mar a través de la isla de Santa Clara, se ha convertido en el emblema del centro turístico guipuzcoano.
Estas dos bahías están separadas por la desembocadura del Urumea, que serpentea antes de unirse al océano, y por un espigón arenoso que une la bahía de La Concha con el monte Urgull. Sobre este tómbolo se construyó la ciudad vieja de Donostia. Esta disposición topográfica de dos ensenadas marítimas separadas por una estrecha franja de tierra llevó a Jean Echenoz (Je m'en vais) a escribir que la ciudad estaba "construida sobre una estrecha lengua de tierra, a ambos lados de un río y de un monte que separaban dos bahías casi simétricas, esta doble hendidura trazando una omega aproximada".
Sin embargo, esta cuasi simetría geomorfológica entre las dos bahías no se refleja en el análisis de la organización de la ciudad. Históricamente, la ciudad ha estado marcada por un fenómeno de asimetría urbana: fue primero al oeste del Urumea donde se desarrolló la ciudad, con su casco antiguo, sus playas y sus lugares turísticos históricos imprescindibles.
Una estación balnearia de la Belle Époque que se reinventa
El turismo balneario de San Sebastián se basa ante todo en sus playas. La más famosa es la Concha, al final de la bahía del mismo nombre. Continúa hacia el oeste hasta la playa de Ondarreta. En la vida de los donostiarras, estos son los lugares donde hay que estar, donde se mezcla la diversidad de lugareños y turistas. La playa de Zurriola está más alejada. Desde el centro de la ciudad, hay que cruzar el Urumea para llegar al barrio de Gros y su paseo marítimo.
San Sebastián adquirió su prestigio aristocrático a mediados del siglo XIX, cuando se convirtió en residencia de verano de la corona española. Visitada por primera vez por Isabel II, fue en 1893 cuando la reina María Cristina eligió la ciudad vasca para veranear con su corte. Varios edificios históricos atestiguan este rico pasado, como el Palacio de Miramar. Enclavado en un espolón rocoso entre las playas de la Concha y Ondarreta, en la actualidad es un popular lugar de exposiciones de arte y bellos jardines, y también alberga el Centro de Música del País Vasco.
El rico patrimonio arquitectónico de la ciudad, en particular su patrimonio religioso, es un importante recurso turístico. El laberíntico casco antiguo -la Parte Vieja- conduce a la basílica de Santa María del Coro, con su tímpano barroco. El estilo neogótico de la catedral del Buen Pastor puede considerarse austero y frío, pero es una visita obligada cuando se visita la ciudad.
San Sebastián podría haber sido una pequeña ciudad soñolienta, un lugar de encanto anticuado y nostalgia de una época pasada. Sin embargo, el atractivo de la ciudad se ha revitalizado gracias a una serie de transformaciones decisivas que la han convertido en una de las principales atracciones turísticas de España y le han valido el título de Capital Europea de la Cultura en 2016.
Como resultado, la ciudad cuenta con un rico patrimonio museístico que es a la vez proteico y se ha reinventado en los últimos años. El Museo "Histórico, Artístico y Arqueológico" de San Telmo alberga una amplia gama de colecciones de arte permanentes y rotativas, y cuenta con varias exposiciones sobre los modos de vida tradicionales del pueblo vasco. El Museo Oceanográfico del Puerto Viejo, fundado en 1928, lleva mucho tiempo en movimiento, desde su renovación en 2007, y más aún desde la apertura en 1998 de un gran acuario que alberga las diferentes especies marinas que viven en el Golfo de Vizcaya y que atrae a más de 300.000 visitantes al año.
Ciudad anfitriona de festivales, San Sebastián organiza cada año, desde 1939, la Quincena Musical. Durante más de dos semanas, acoge a prestigiosas orquestas sinfónicas y solistas de renombre. A este festival de música clásica le sigue el Festival de Jazz, uno de los más antiguos y conocidos de España desde 1966. De renombre internacional desde su fundación en 1953, el Festival Internacional de Cine de San Sebastián entrega cada septiembre la "Concha" de oro a una película galardonada por un jurado que distingue regularmente a grandes personalidades.
Las fiestas son parte integrante de la vida urbana de Donostia. Cada 20 de enero, los donostiarras participan en la "Tamborrada", una fiesta popular que se celebra al son de los tambores para conmemorar la ocupación de la ciudad por las fuerzas napoleónicas. A mediados de agosto, la "Semana Grande" es, como su nombre indica, una semana de fiestas en la que se celebran actos que atraen a una población numerosa y socialmente diversa: el concurso internacional de fuegos artificiales y el toro de fuego, que se celebran todas las noches de esta semana festiva, iluminan las calles de la ciudad.
Una ciudad con ambiciones metropolitanas y nuevas centralidades intraurbanas
Polarización política, proyectos geopolíticos y concentración de los servicios públicos
El peso de la autonomía. El principio de autonomía política regional ha contribuido a hacer de San Sebastián un centro político significativo en la arquitectura política española. La ciudad es la capital de la provincia de Guipúzcoa, una de las tres provincias que componen la Comunidad Autónoma del País Vasco. Esta última tiene amplias prerrogativas políticas en manos del Gobierno vasco y su Lehendakari. Pero a un nivel inferior, las provincias también tienen competencias que recaen en la Diputación Foral. La Diputación Foral de Guipúzcoa tiene su sede en un imponente edificio que domina la Plaza Guipúzcoa.
Arquitectónicamente monumental, el ayuntamiento es sin duda una gran atracción turística, pero es ante todo un lugar que encarna el peso político de San Sebastián. Desde el final del franquismo, ha sido el escenario de la oposición entre los movimientos nacionalistas vascos y los partidos gobernantes españoles, en particular el PSOE.
Competencia y proyectos geopolíticos. La historia política de San Sebastián ha estado marcada por una sucesión de alcaldes de fuerte tendencia regionalista y otros más apegados al vínculo entre el País Vasco y Madrid. Este fue el caso del socialista Odón Elorza, que dirigió San Sebastián durante cuatro legislaturas consecutivas y contribuyó a poner en marcha importantes proyectos de modernización de la ciudad en los años 90. En 2011, fue derrotado ampliamente por la lista de Bildu (coalición independentista) liderada por Juan Carlos Izaguirre.
Desde 2015, Eneko Goia, del Partido Nacionalista Vasco (PNV), dirige la ciudad tras formar una alianza con el Partido Socialista de Euskadi (PSE). Lo que es inequívoco es que todos ellos, con opciones ideológicas a veces radicalmente opuestas, aspiran a hacer de San Sebastián una metrópoli con factores de mando territorial ampliados.
La sanidad: un posicionamiento específico. Los hospitales figuran entre los servicios públicos con capacidad real de polarización territorial. En la colina de Anoeta, el gran hospital universitario (más de 1.200 camas, 30 quirófanos) domina la ciudad y recibe pacientes de toda Guipúzcoa (más de 350 urgencias diarias de media), mientras que la ciudad cuenta también con varias grandes clínicas privadas, en un país donde la privatización de los servicios sanitarios es dominante.
Además, algunas de ellas del apuestan por el turismo médico internacional aprovechando las discrepancias legales entre países en materia sanitaria y, en particular, ofreciendo servicios de procreación medicamente asistida, fecundación in vitro y donación de ovocitos, dirigidos sobre todo a poblaciones extranjeras y, en especial, francesas.
Funciones estratégicas y emergencia de una nueva centralidad en el sur de la ciudad
Mando económico. A diferencia de su gran rival Bilbao, San Sebastián no cuenta con un distrito central de negocios digno de tal nombre. Mientras que Bilbao ha desarrollado su Distrito Central de Negocios a lo largo de la Gran Vía y en el barrio de Abando, San Sebastián no cuenta con un centro económico de estas características. Sin embargo, la Avenida de la Libertad se ha convertido poco a poco en la principal arteria bancaria. En concreto, alberga la sede histórica del Banco Guipuzcoano (entidad bancaria que pasó a formar parte del Banco Sabadell en 2012) y concentra la mayor parte de los emplazamientos financieros de la ciudad.
Sin embargo, la centralidad histórica del hipercentro de la ciudad se ha visto reequilibrada por la consolidación de áreas urbanas espacialmente más periféricas y caracterizadas por una concentración de actividades radiales: Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) en torno a Miramón, funciones intelectuales y administrativas en Ondarreta y a orillas del río Urumea, y polos deportivos en Anoeta.
Innovación - investigación. Al sur de la ciudad, sobre una línea de colinas que dominan la ciudad, en el corazón de un parque natural, el parque tecnológico de Miramón puede considerarse el parque científico de la ciudad guipuzcoana. Iniciada en 1994 e inaugurada en 1997, la zona de 130 hectáreas tiene como objetivo atraer estructuras empresariales capaces de impulsar la I+D+i en la ciudad y la región. En 2018, 131 empresas están instaladas en este parque de alta tecnología, que trabaja en red con los otros parques científicos del País Vasco, como el Parque Tecnológico de Álava, en Vitoria, el Parque Científico y Tecnológico de Vizcaya, en Bilbao, y el Parque de Innovación de Garia, en Arrasate.
Entre las empresas ubicadas en el parque se encuentran dos de las mayores compañías españolas: Telefónica e Iberdrola. La inauguración de IK4-Cidetec dota a la ciudad del tercer centro de investigación en ingeniería de superficies de Europa, y la creación de EiTB -grupo de radio y televisión- convierte a San Sebastián en un importante centro mediático para la difusión del euskera.
Universidades. En el País Vasco español, el polo universitario por excelencia sigue siendo Bilbao, sede de la Universidad del País Vasco y de la Universidad privada católica Deusto. Pero cada una de estas universidades ha establecido sedes en San Sebastián. La primera tiene su Campus guipuzcoano en el barrio occidental de Ondarreta. La segunda está presente a orillas del Urumea desde 1956 y la Business School Deusto ocupa ya 32.000 m².
El deporte. El deporte desempeña un papel importante en el proceso de metropolización. Por un lado, al igual que las actividades festivas, contribuye a cristalizar aún más la cohesión de los habitantes de la ciudad donostiarra, mientras que los concejales locales presentan reiteradamente a San Sebastián como una ciudad deportiva. Cada año se celebran en la ciudad varias competiciones deportivas como parte de la identidad de la ciudad (pelota vasca), lo que aumenta su atractivo, como la carrera ciclista Donostiako Klasikoa, que atrae cada verano a los mejores ciclistas del mundo. Y la Real Sociedad, el club de fútbol de la ciudad, representa a Guipúzcoa en la Liga española.
San Sebastián: entre conexiones de red y desigualdades socioespaciales
Ejes y nodos: mayor conexión con las redes de transporte
Entre las ambiciones metropolitanas de San Sebastián, el transporte tiene una dimensión eminentemente estratégica. Las autoridades políticas tienen un gran objetivo para la ciudad: pasar de una simple lógica de cruce de ejes a una dimensión de centralidad en la organización de las redes, parte de la cual se articula en una dinámica de apertura trasfronteriza hacia el País Vasco francés. En este sentido, el área urbana está atravesada por una serie de grandes ejes: la autopista de la costa AP8 Irún-Bilbao, una red de circunvalaciones periurbanas y la línea ferroviaria Irún-Madrid.
El papel de San Sebastián como punto nodal es claramente creciente. En primer lugar, porque al sur de la aglomeración, Astigarraga y Lasarte son importantes nudos de autopistas que conectan la AP8 con la AP1, que une Donostia con Madrid. San Sebastián es también una parada importante de la red ferroviaria vasca. El Eusko Tren es el heredero de la red de Ferrocarriles Vascongados, fundada en 1906. Gestionada por el Gobierno Vasco, esta red de ancho métrico se basa en una línea principal que va de Hendaya a Bilbao pasando por San Sebastián. San Sebastián ha hecho de su estación de Amara un elemento estratégico en la vertebración de su área metropolitana desde la reciente apertura de nuevas estaciones dentro de la conurbación donostiarra, con las estaciones de Anoeta (1993), Intxaurrondo, Lugaritz y Herrera (2012) y Altza (2016).
El Topo -como se le conoce localmente, ya que la red está jalonada por un gran número de túneles- no se ve solo como un simple tren de cercanías sino, oficialmente desde 2012, como el metro de San Sebastián, con conexiónes programadas a lo largo de los ejes de crecimiento de la ciudad, en particular hacia Pasajes-Rentería (con la modernización de la estación de Loiola en 2017) y hacia Lasarte-Oria. Lejos quedan los tiempos en los que el Eusko Tren era un ferrocarril obsoleto y la estación de Amara una infraestructura ruinosa. En 2017, los 29,8 km de líneas que dan servicio al área metropolitana de Donostia eran algo más que servicios intraurbanos de autobús, con 11,5 millones de viajeros al año.
Para San Sebastián, el imperativo logístico implica dos cuestiones que se entrecruzan. Por un lado, está la necesidad de mejorar el acceso a la ciudad y evitar cualquier efecto túnel dentro de España. Y es que el aeropuerto de Fuenterrabía, que da servicio a la ciudad, es a la vez remoto (a 25 km) y modesto (320.000 pasajeros en 2019).
El TAV/TGV. En 2024, el TAV (Tren de Alta Velocidad) conectará el País Vasco con el resto de España. Para dar servicio a la ciudad, se añadirá un ramal a la futura red de líneas de alta velocidad en forma de Y entre el eje Irún-Vitoria-Madrid y el ramal Vitoria-Bilbao. De este modo, la metrópoli vasca se beneficiará de distancias mucho más cortas: Vitoria y Bilbao estarán a sólo 45 minutos (frente a la hora y media actual) y, sobre todo, Madrid estará a sólo 2 horas y 45 minutos (frente a las más de 5 horas actuales). A nivel del País Vasco, el Gobierno de Euskadi tiene previsto crear enlaces interurbanos entre las ciudades de la región, con el fin de ofrecer servicios regionales a tarifas asequibles.
El segundo gran reto del transporte reside en la capacidad de ofrecer servicios multimodales a escala internacional. En este sentido, San Sebastián puede contar con dos importantes activos en su entorno inmediato: el puerto comercial de Pasajes-Pasaia y la frontera con Francia. Ello implica mejorar constantemente la red de transportes y ofrecer facilidades de acogida a las empresas susceptibles de verse atraídas por estas ventajas espaciales (véase la imagen de Pasaia).
Crecimiento demográfico, reestructuración urbana y fragmentación socioespacial en un área metropolitana de 460 000 habitantes
La población de San Sebastián creció constantemente a lo largo del siglo XX. En 1910, la ciudad tenía sólo 49.000 habitantes. Al final de la Guerra Civil, la ciudad tenía más de 100.000 habitantes. En el año 2000, la ciudad tenía 180.000 habitantes y en 2019 viven en San Sebastián 187.500 personas. En cuanto al área metropolitana, se extiende axialmente desde el eje donostiarra hacia Zarautz y Orio al oeste, Rentería e Irún al este, y Astigarraga, Lasarte y Hernani al sur. En esta extensa área urbana viven 460 000 personas.
El peso de las herencias históricas. El crecimiento demográfico de la aglomeración de Donostia ha provocado una expansión urbana que las autoridades políticas se han esforzado históricamente en controlar. La Parte Vieja es claramente visible, arropada por el Monte Urgull: el incendio de 1813, vinculado a la brutal toma de la ciudad vasca por las fuerzas británicas contra las napoleónicas, remodeló profundamente una Parte Vieja reconstruida en gran parte hace menos de dos siglos.
En el siglo XIX, Donostia experimentó un aumento neto de su población al acelerarse el desarrollo económico de la ciudad. A ello siguió la adopción de un urbanismo planificado, con la elección de un trazado reglado, favoreciendo un plano en cuadrícula: el ensanche. En 1863, el arquitecto Cortazar derribó las fortificaciones que rodeaban el casco antiguo y trazó el ensanche sur, contiguo a los barrios antiguos. Las viviendas adoptaron la forma de edificios de estilo haussmaniano, de 6 a 8 pisos de altura: la ciudad se densificó y se aburguesó a medida que se desarrollaba el turismo aristocrático. A continuación, el crecimiento urbano cruzó el Urumea y el ensanche de Gros extendió la ciudad hacia el este. Se estableció entonces el entramado urbano del centro de la ciudad turística, con sus puentes, hoteles y edificios de lujo. Y su marco social elitista también: en efecto, la ciudad sigue siendo, a día de hoy, una ciudad burguesa y cara. En 2019, el precio medio por m2 alcanzó los 4.820 €, lo que convierte a San Sebastián en la 5ª ciudad más cara de España en cuanto a precios inmobiliarios.
Diversificaciones sectoriales, funcionales y urbanas. En el siglo XX, la vocación económica de Donostia se diversificó, al igual que las jerarquías sociales de su población. La ciudad siempre ha albergado una población de las clases sociales modestas, especialmente dedicadas a la industria pesquera. Aunque Donostia ya no tiene más que unos pocos barcos pesqueros en su puerto junto a la Parte Vieja, la lonja está cerrada y la principal actividad del puerto es ahora la náutica de recreo (con barcos aparcados en la bahía debido a la gran demanda de puestos de amarre), el hecho es que la ciudad siempre ha tenido una importante industria pesquera, los vascos antes pescando bacalao y cazando ballenas en alta mar.
A medida que el País Vasco se industrializaba, la población obrera de San Sebastián aumentaba en su periferia y la proporción de trabajadores crecía en su organización social y espacial. La construcción del ensanche de Amara en el sur del municipio en los años 40 marcó una nueva era para la ciudad: una de mayor diversidad arquitectónica y social. El barrio tiene una forma muy cuadrangular y las viviendas son bastante obreras, sobre todo porque la ciudad y sus alrededores se industrializan cada vez más hacia el sur y más allá del Urumea.
Grandes urbanizaciones. San Sebastián cuenta con grandes urbanizaciones a las afueras de la ciudad, que densifican el tejido urbano y atraen a las clases medias y trabajadoras. Es el caso de Intxaurrondo, al este de la ciudad. A día de hoy, siguen siendo zonas con indicadores sociales a veces deteriorados, pero esto no significa que sean zonas sin ley plagadas de delincuencia o inseguridad.
Tienen un carácter urbano propio, con una vida social activa, y pueden sufrir un cierto aislamiento del resto de la ciudad que se agrava por la falta de transporte público (en algunas zonas se reducen a la red de autobuses de la ciudad), pero también muestran una demostrada capacidad de resiliencia cuando son objeto de políticas para diversificar sus funciones y conectarlas con el resto del tejido urbano (Intxaurrondo, ver Enfoque 2).
Gentrificación del centro de la ciudad. En contraste con estos suburbios de población más modesta, la ciudad de San Sebastián tiene un centro históricamente burgués, que sigue siéndolo (barrio de Aiete). Pero, sobre todo, está experimentando un rápido proceso de gentrificación en algunos de sus barrios. En este sentido, el distrito de Amara ha experimentado un profundo cambio sociológico desde los años cuarenta y cincuenta. Los edificios se han rehabilitado, los precios de la vivienda se han disparado y ahora vive sobre todo gente acomodada.
Además, en las alturas del Monte Igueldo conviven explotaciones ganaderas con grandes residencias periurbanas acomodadas. Todas las alturas que dominan la ciudad están marcadas por la presencia de una lógica residencial suburbana, socialmente tanto más discriminatoria cuanto que la mayoría de las viviendas urbanas son colectivas. Miramón-Zorroaga es uno de los barrios más ricos del municipio, situado cerca del parque tecnológico.
En definitiva, San Sebastián debe ser vista como una ciudad cuyo alcance va mucho más allá de su simple entorno turístico y costero. Es una ciudad multifuncional, que polariza actividades estratégicas de mando económico y cultural. Es una ciudad atractiva, que irradia hacia el exterior y polariza zonas periféricas que, a través de sus actividades económicas diversificadas, contribuyen a reforzar su dinámica metropolitana. El estudio de la densa área urbana, industrial y logística de Pasaia-Rentería -que conecta la metrópoli con el País Vasco francés en una aproximación transfronteriza- lo demuestra de forma innegable.
Enfoques de estudio
Enfoque 1: El hipercentro turístico: Concha, Parte Vieja, Kursaal
Un paisaje emblemático: La Concha y el paseo marítimo
La Concha es el lugar más emblemático de San Sebastián. Esta inmensa playa semicircular es la zona de baño por excelencia de la ciudad. Su longitud (1.300 metros) y sus aguas tranquilas (las olas rompen en la isla de Santa Clara) la convierten en el lugar de baño favorito de las familias.
Está rodeada por un amplio paseo marítimo que se extiende desde la playa de Ondarreta hasta el Ayuntamiento y el Puerto Viejo. Amplio y eje tradicional del "paseo" para los habitantes de la ciudad, está delimitado por una monumental barandilla en el lado de la playa, con sus emblemáticos miradores y forjados art decó, y lujosos edificios en el lado de la ciudad que se abren directamente a la primera línea de playa, conocidos como la Miraconcha, con sus mansiones y pisos carísimos). Entre ellos, uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, el Hotel de Londres y de Inglaterra, con su inmaculada fachada blanca.
El ayuntamiento, con su fachada de estilo Belle Epoque, fue un prestigioso casino desde su inauguración en 1887 hasta 1924. En la actualidad, es la sede del poder municipal, un centro de exposiciones y un lugar histórico que merece la pena visitar. Se abre al "Boulevard" de la ciudad. Con su quiosco de música y sus jardines, esta plaza central, destruida durante muchos años por el intenso tráfico de coches y autobuses urbanos, se ha convertido de nuevo en uno de los lugares imprescindibles de la ciudad desde su peatonalización parcial. Se abre al casco antiguo, la Parte Vieja.
Patrimonio arquitectónico e identidad de la Parte Vieja
Vestigio de la ciudad original devastada por un incendio en 1813, la Parte Vieja de San Sebastián es depositaria de la identidad de la ciudad. Su laberinto de callejuelas y la fama gastronómica de sus bares de pintxos la convierten en una de las zonas más frecuentadas por los turistas. Pero también es uno de los bastiones históricos del nacionalismo vasco, uno de los teatros de operaciones de la Kale Borroka, una forma de guerrilla urbana librada contra las fuerzas del orden hasta principios de los años 2000 por nacionalistas vascos próximos a la organización terrorista ETA (Euskadi Ta Askatasuna), que transformaban regularmente estos barrios en auténticos campamentos atrincherados: manifestaciones violentas, levantamiento de barricadas, ataques contra la Guardia Civil y la Ertzaintza (Policía vasca).
Desde que ETA abandonó la lucha armada en 2011 y se disolvió en 2018, el clima político se ha calmado. Pero el barrio sigue siendo un lugar emblemático para todo tipo de protestas. En concreto, fue en las calles del casco antiguo donde los vecinos de la ciudad se manifestaron durante el verano de 2017 para denunciar el comportamiento incívico de los turistas, pero, sobre todo, para protestar contra la explosión del número de pisos alquilados a turistas a través de Airbnb a costa de la población local -una media de 1 piso alquilado por cada 94 habitantes-. Estos alquileres hacen subir los precios de un mercado inmobiliario cada vez más exclusivo para los habitantes de los barrios turísticos de la ciudad.
Tanto más cuanto que el Casco Viejo, antaño un barrio obrero habitado por la humilde población de pescadores que se ha gentrificado, como demuestra la total transformación funcional de dos lugares emblemáticos: el puerto pesquero se ha convertido en un puerto deportivo, y la Bretxa, la histórica lonja de la ciudad, se ha transformado en un centro comercial con puestos que llevan el nombre de prestigiosas marcas.
San Sebastián: puentes emblemáticos y atracciones turísticas
San Sebastián sigue siendo un destino turístico de lujo. Al sur y al este de la Parte Vieja, algunos edificios prestigiosos son un testimonio de este destino de lujo. En primer lugar, tenemos los puentes sobre el río Urumea. Todos ellos son arquitectónicamente sofisticados, desde el Art Nouveau al Art Déco, y difieren de un cruce a otro. El puente de la Zurriola, construido en 1921, con sus monumentales farolas coronadas por inmensos globos de cristal, y el puente María Cristina, construido en 1905, con sus cuatro ornamentados obeliscos de 18 metros de altura, son sólo dos ejemplos del rico patrimonio de la ciudad.
Inaugurado en 1912, el Palacio María Cristina es uno de los hoteles más lujosos del norte de España. Es frecuentado por personalidades adineradas, sobre todo en la época del Festival de Cine y del musical de la Quincena. A pocos metros, el teatro neorrenacentista Victoria Eugenia, construido en 1902, ofrece una notable continuidad arquitectónica con el estilo Belle Epoque del hotel. Teatro a la italiana con balcones y palcos, el interior se reformó en 2007 y se mejoró la acústica.
Gros: un polo turístico más reciente
Al este, más allá del Urumea, el barrio de Gros ha conocido un desarrollo turístico acelerado desde los años noventa. Considerada peligrosa durante mucho tiempo, la playa de la Zurriola se ha mejorado con la construcción de un espigón que protege una parte de ella, mientras que el resto del arenal permanece abierto a las olas del mar: es un lugar muy frecuentado por los surfistas de la costa cantábrica.
Sobre todo, la inauguración del Kursaal en 1999, una gran sala paralelepipédica de conciertos, conferencias y exposiciones de arte, ha revitalizado totalmente el barrio. La puesta en valor de un espacio urbano degradado e ignorado durante mucho tiempo se inscribe en la línea del movimiento de la "starchitecture" (Frank Gehry): un arquitecto de renombre (Rafael Moneo) que construyo un edificio de formas inquietantes e innovadoras, que se convierte rápidamente en un icono paisajístico de la ciudad y que estimula las lógicas de “branding” para promocionar la ciudad como destino turístico.
El recinto ofrece a la Orquesta Sinfónica de Euskadi y al Orfeón Donostiarra (coro de renombre internacional) una sala de conciertos envidiada por sus cualidades acústicas. Todos los años acoge congresos internacionales. El Kursaal genera un volumen de negocios de varias decenas de millones de euros y acoge normalmente más de 150 conciertos y 25 grandes congresos al año, casi la mitad de ellos de talla internacional, incluida la reunión del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial del Turismo (OMT). Es uno de los emblemas de la ambición de San Sebastián de convertirse en metrópoli y una de las pruebas de su éxito en este ámbito.
Un nuevo nudo ferroviario
En el corazón de la ciudad, la zona de la estación de Atotxa está siendo objeto de una completa transformación para modernizar el edificio, adaptarlo a los nuevos imperativos planteados por la llegada del TAV y mejorar el estado de las infraestructuras ferroviarias. Inaugurada en 1864, la estación ha desempeñado un papel decisivo en el desarrollo turístico de la estación.
Hoy, su renovación pretende revitalizar el barrio de Egia, en declive dentro del tejido urbano, y dotar a la ciudad de una estación de gran envergadura, conectada a un eje ferroviario de primer orden. El arquitecto Jon Montero ha optado por ampliar la infraestructura de la estación existente en dos niveles adicionales e integrar elementos arquitectónicos históricos (como la marquesina metálica que cubre los andenes, construida a finales del siglo XIX en los talleres Eiffel) con elementos futuristas.
Enfoque 2: Una metrópolis desigual y socialmente fracturada
Esta vista transversal, desde Aiete en el oeste hasta Intxaurrondo en el este, ilustra las profundas desigualdades de un área metropolitana que, a medida que se gentrifica, también se fragmenta social y espacialmente.
Aiete y Amara: entre riqueza y ensanche
Con vistas a la ciudad y a la bahía de La Concha, Aiete es el barrio más rico de la ciudad. La renta media anual de los hogares es aquí de 89.000 euros, frente a los 24.000 euros de Altza, que limita con la ciudad y el puerto de Pasaia. Las viviendas aquí van desde casas unifamiliares acomodadas hasta pequeños bloques de apartamentos de lujo. Hay muchos servicios residenciales, entre ellos un parque urbano arbolado de 80.000 m² coronado por un monumental palacio neoclásico, antaño lugar de vacaciones de la reina Victoria y luego del general Franco. El distrito está construido sobre una loma topográfica que domina la ciudad. Se caracteriza por una baja densidad de edificios, con un alto grado de escasa densidad residencial, y una proximidad real al hipercentro urbano.
Más al este, el barrio de Amara es el prototipo del voluntarismo urbano que ha guiado a las autoridades municipales desde finales del siglo XIX. Durante mucho tiempo, esta zona se caracterizó por viviendas socialmente mixtas. Hoy, sin embargo, se ha puesto en marcha un frente de gentrificación, con la renovación de edificios, la llegada de residentes de altos ingresos y la marcha de la gente humilde que solía vivir en el barrio (sobre todo jubilados con ingresos modestos). Se han mejorado las conexiones con el resto de la ciudad (construcción del puente Lehendakari José Antonio Aguirre) y se ha reforzado la integración en la red metropolitana con la consolidación de la estación de Amara como nudo central de la red de Eusko Tren en la Provincia de Guipúzcoa.
Urbanización reciente y barrio sostenible
Apartada durante mucho tiempo y marginada, la zona urbana situada más allá del Urumea está experimentando un claro renacimiento. Nuevos puentes han facilitado el cruce del río: desde el año 2000, se han construido el puente de la Real Sociedad y la pasarela peatonal y ciclista Mikel Laboa. Este último conduce directamente al barrio de Riberas de Loiola, el más emblemático de la evolución de San Sebastián hacia un desarrollo urbano más sostenible.
Situado en un meandro aluvial, este barrio ilustra el boom metropolitano de la ciudad de principios de los años 2000, con objetivos muy concretos: construcción de amplias viviendas unifamiliares y pequeños edificios de gran calidad medioambiental, voluntad de diversidad social y funcional (construcción de una iglesia, implantación de supermercados), estrategia de implantación de servicios administrativos polarizadores (instalación prevista de la Delegación Territorial del Gobierno Vasco). En resumen, era probable que surgiera una nueva centralidad intraurbana.
Pero este barrio también es emblemático de la burbuja de especulación inmobiliaria sobre la que España construyó su crecimiento en la década de 2000, que explotó repentinamente en 2009. Desde entonces, el barrio ha luchado por recuperarse, y sólo 2.500 de los 6.000 residentes previstos en Riberas de Loiola han elegido vivir allí.
Anoeta: infraestructuras deportivas y centralidad del sur
En San Sebastián, el deporte se ha convertido en una poderosa palanca de cambio urbano. En el sur de la ciudad, el barrio de Anoeta, comunicado no sólo por autobús sino también por el Topo (desde la apertura de una estación en 1993), se ha ido dotando progresivamente de varias grandes instalaciones deportivas que han reforzado la centralidad de este barrio largamente marginal y periférico. Entre ellas destacan el velódromo Antonio Elorza, la plaza de toros de Illumbe, el frontón vasco Atano III y la pista de hockey del CHH Txuri Urdin.
Pero la infraestructura más imponente (claramente visible en la imagen de satélite) y de renombre internacional es el Estadio de Anoeta (o Reale Arena). Construido en 1993, sustituye al antiguo estadio de fútbol de Atotxa, que estaba rodeado por la ciudad, y permite a la ciudad organizar competiciones deportivas internacionales que van mucho más allá del fútbol. Ampliado en 2017, con una capacidad de hasta 40.000 espectadores, acoge regularmente partidos de rugby en el marco de la Copa de Europa, pruebas de atletismo (incluidos los campeonatos de Europa júnior desde su inauguración en 1993), así como numerosos conciertos musicales de las estrellas del mundo del espectáculo.
Barrios más obreros pero en transformación
En marcado contraste con el carácter burgués y turístico del centro de la ciudad, el barrio de Intxaurrondo, donde viven 18.000 personas, se caracteriza por una población que, sociológicamente hablando, pertenece a las clases medias y trabajadoras. Estos residentes trabajan principalmente en el sector de los servicios: la economía residencial, las actividades logísticas y el ámbito de la reproducción social. También son trabajadores del puerto de Pasaia y de las industrias situadas en el interior del País Vasco. Algunos indicadores -como una esperanza de vida media inferior en 4,5 años a la de la población que vive en el centro- reflejan problemas sociales reales, pobreza e inseguridad.
Este barrio revela los patrones de desarrollo urbano de los años sesenta y setenta: claramente visibles en la imagen son las grandes urbanizaciones, con edificios altos de alrededor de quince plantas, una falta casi total de mezcla funcional, una infravaloración de las necesidades de espacio de aparcamiento y una oferta comercial proporcionada principalmente por hipermercados y supermercados. A priori aislado del tejido urbano por estrictos límites espaciales (red de circunvalaciones de autopistas), este barrio se beneficia sin embargo de una red tradicional de autobuses intraurbanos y, sobre todo, de la reciente construcción de una estación de ferrocarril de Eusko Tren, inaugurada en 2012, que permite una mejor integración del barrio en la ciudad.
Esta integración también es comercial. Como el complejo comercial Garbera. De un simple hipermercado Eroski a las afueras de la ciudad, esta zona se ha diversificado y se ha convertido en una zona comercial y de ocio que ha ascendido notablemente de categoría. De fácil acceso (coche, autobús, Eusko Tren), es un centro comercial con 57 tiendas (Zara, Cortefiel), 17 restaurantes y un complejo de 7 salas de cine.
En la periferia suroeste, el barrio de Martutene está realmente apartado, lejos del centro de la ciudad. De hecho, es esencialmente una concentración de actividades típicas de los suburbios de las grandes ciudades -mataderos de Mafrido, zonas comerciales, cárcel, cuarteles- y refleja una dimensión más obrera de la ciudad.
Enfoque 3. Un interior industrial y rural
Ciudades con alta intensidad industrial
La expansión espacial de la metrópoli donostiarra dista mucho de ser isótropa. En efecto, la topografía sigue imponiendo numerosas limitaciones, con picos accidentados en el tejido urbano de la ciudad y un interior topográficamente atormentado. Así pues, el desarrollo urbano sigue corredores de asentamiento, en valles más o menos estrechos (Oria, Urumea) donde existe una densa concentración de plantas industriales (claramente visibles en la imagen de satélite), espacio urbano y redes de transporte. La Comunidad Autónoma del País Vasco español (Euskadi), que comprende las tres provincias de Guipúzcoa, Vizcaya y Álava, es actualmente una de las regiones socioeconómicamente más avanzadas de España, con una tasa de desempleo inferior a la mitad de la media nacional. Bastión histórico de la industrialización española, el País Vasco ha resistido bien el proceso de desindustrialización y registra un fuerte crecimiento económico.
A unos diez kilómetros al sur de la ciudad, se han desarrollado tres ciudades industriales en pequeñas cuencas topográficas. La pequeña ciudad de Usurbil, de 6.100 habitantes, se articula en torno a varias fábricas, entre ellas la metalúrgica Arremendi y la fundición Fagor-Ederlan. Su proximidad a San Sebastián ha propiciado la expansión de varias zonas comerciales, entre ellas varias grandes superficies (como Decathlon San Sebastián).
La cercana ciudad de Lasarte-Oria tiene una población de 18.000 habitantes. La ciudad es el lugar de implantación del fabricante francés de neumáticos Michelin desde la década de 1930. Con su rico patrimonio histórico, Lasarte-Oria busca, a través de sus autoridades municipales, ofrecer a sus residentes una vida cultural separada de la de San Sebastián. En homenaje a Manuel Lekuona (sacerdote y famoso bertzolari), el centro homónimo es una Casa de Cultura con una amplia gama de instalaciones, como sala de exposiciones, auditorio, biblioteca y sala de conferencias. Pero su proximidad a Donostia también le permite acceder a algunas instalaciones muy especiales, como el hipódromo de Zubieta, que data de 1916 y linda con el municipio.
Con una población de más de 20.000 habitantes, cerca del importante nudo de autopistas de Astigarraga, y una ciudad con numerosas funciones terciarias, Hernani es ante todo un importante polígono industrial del interior vasco. Varios polígonos industriales (Landare, Ibaiondo, Lastaola, etc.) se yuxtaponen a lo largo del río costero Urumea, combinando fábricas y urbanizaciones obreras en una distancia de más de 5 km. La ciudad cuenta con casi 250 polígonos industriales, desde pequeños talleres hasta grandes unidades como la Papelera Guipuzcoana de Zicuñaga o el cluster químico Electroquímica de Hernani.
Uno de los mayores éxitos empresariales del País Vasco es la cooperativa industrial Orona. La cooperación es una de las señas de identidad del capitalismo industrial vasco, siendo el grupo Mondragón uno de sus casos de éxito más ejemplares. Lla es hoy uno de los principales fabricantes europeos de ascensores, escaleras mecánicas y pasillos rodantes. La empresa emplea a más de 5.500 personas, tiene filiales en 12 países y cuenta con una flamante sede en la ciudad vasca, construida en 2014, arquitectónicamente imponente, de forma circular (Orona Zero) y que gestiona un ecosistema de investigación -el clúster Orona Ideo- de fama internacional.
Polarizadas por San Sebastián, estas ciudades industriales se ven afectadas por los altibajos de la actividad económica y, en general, su población se ha estancado. Hernani, por ejemplo, tenía más de 30.000 habitantes en 1981 y, tras un fuerte descenso hasta 1996, ahora se está estabilizando. Su renta per cápita también es inferior a la media provincial. La renta per cápita media de Hernani es un 30% inferior a la de San Sebastián. Sin embargo, estas ciudades obreras son una fuente importante de empleo y actividad en una zona en la que el contraste entre la ciudad y el campo es muy marcado.
Una clara división entre la ciudad y el campo
El territorio tierra adentro de San Sebastián también es agrícola, con numerosas explotaciones agrícolas (caseríos) que practican la ganadería extensiva de vacuno y ovino en pastos y prados de heno, así como el cultivo de frutas (manzanas de sidra) y hortalizas en una zona urbana donde existe una creciente demanda de canales de distribución cortos y productos de alta calidad.
Estas zonas rurales revelan otra faceta de la "basquitude"o el ser Vasco, tal como la definen los etnólogos y sociólogos Jean Haritschelhar y Julio Caro Baroja. Constituyen una sólida base de la identidad vasca y un importante depósito de las tradiciones y la memoria del pueblo vasco.
Por último, esta campiña ofrece una reserva de terreno para actividades que requieren mucho espacio. Tal es el caso del renombrado campo de golf de 18 hoyos de Basozabal, que amplía aún más los atractivos turísticos más prestigiosos de San Sebastián.
Referencias o información adicional
Bibliografía
Julio Caro Baroja, Los Vascos, Istmo, 1995, 388 p.
Kattalin Gabriel-Oyhamburu, Du nationalisme au terrorisme basque. Pourquoi l'hysterèse de l'ETA, L'Harmattan, 2014, 480 p.
Laurent Gatineau, "Effet de frontière et corridors européens, quelles échelles de connexion pour les territoires pyrénéens?", Géoconfluences, septiembre de 2020. http://geoconfluences.ens-lyon.fr/informations-scientifiques/dossiers-re...
Pierre Laborde, " Saint-Sébastien (Guipuzcoa), croissance urbaine et urbanisme ", Revue géographique des Pyrénées et du Sud-Ouest, tome 53, fascicule 3, 1982. Pyrénées. pp. 259-278
Página web del Instituto Geográfico Vasco Andrés de Urdaneta: http: //www.ingeba.org/index.htm
Colaborador
Stéphane Dubois, profesor de geografía en el Liceo Blaise Pascal de Clermont-Ferrand.
Traductor
Jean-Christophe Sanchez, IA-IPR académie de Toulouse